sábado, 13 de septiembre de 2008

" Estación Central" (de Brasil)


“Estación central”: la historia de una mujer invadida por la soledad y un niño que tras la fatal perdida de su madre se enfrenta a los vestigios de esa misma circunstancia, la búsqueda de un padre al que jamás conoció, la incertidumbre y un sueño… el tener una familia, el pertenecer a alguien.
En este contexto se desarrolla la historia de estos dos personajes, un niño huérfano y una mujer solitaria que unen sus vidas casi por azar del destino y emprenden así un viaje hacia una nueva promesa.
Isadora trabaja en la estación central de Brasil, en un discreto puesto en el que escribe cartas para quien solicite sus servicios. Josué la conoce en ése lugar, justamente el mismo ámbito en el que se desarrolla la trágica y accidental muerte de su madre.
A partir de ese instante el niño queda solo, a la deriva, sin nadie a quien acudir, sin más rostro familiar que el de aquella mujer de la estación, mujer que por momentos odia, que por momentos aprecia… la mujer de las cartas.
Ella, ruda pero sensible, malhumorada pero benevolente sabe que es el único refugio para la soledad del niño, y éste, la única compañía para la de ella.
En un intento por sacarlo de la estación Isadora lo lleva a su hogar, en un intento por sacarlo de su hogar lo vende a traficantes de órganos, en un intento por sacarlo del trafico de órganos arriesga su vida y lo rescata. Ambos emprenden así un viaje, ella por huir de los traficantes, él por buscar a su padre. Ella por ayudarlo a encontrar a su familia, él por pertenecer a alguien.
Sin embargo algo se esconde detrás estas historias de azar y destino. ¿Pero que es lo que realmente los une en el camino?
¿Es acaso la soledad un sentimiento universal del que todo ser humano intenta escapar?
En cierto modo así parece ser. Un niño sólo necesita encontrar su lugar, sentir que pertenece a alguien o a algo, necesita aferrarse a alguien para aferrarse a la vida, para encontrar su “lei motive”.
Isadora no lo reconoce, pero también necesita de algo mas que de sus cartas, de su humilde departamento, y de su vida insatisfecha. Necesita de un amor, de un motivo. Porque en definitiva es el amor el que mueve al mundo, claro que si. Porque en definitiva todos necesitamos tener espectadores para sentirnos protagonistas de nuestra propia historia.
¿Será por eso que en su viaje intentan dejarse mutuamente en varias tentativas y no logran conseguirlo?
¿Será por eso que aunque discutan todo el tiempo nunca dejan de cuidarse?
¿Será por eso que llegar a quererse tanto?
¿Será por eso que el la quiere como un hijo y la protege como un padre?
¿Será por eso que ella lo protege como a un hijo y lo quiere como compañero de ruta?
En una relación entre personas tan diferentes entre si, con historias tan distintas, un punto los une en esa sideral desconexión, ese instinto que todo ser humano tiene, el instinto de amar, con todo lo que eso implica, el instinto de proteger, con todo lo que el termino incumbe.
Es por eso mismo, que mas allá de todo desencuentro y desenlace final, el fondo de ésta historia termina por demostrar que nadie puede ser tan duro como parece si esta cargado de buenas intenciones, y que no hay corazón tan rígido que no pueda ser traspasado con amor y confianza.
Si ésta es una historia de amor, azar o destino, si es una simple historia de vida mas, si es el fragmento de un simple viaje o el intento por mostrar la realidad de dos personas de la clase baja de Brasil, queda a juicio del espectador.
Lo que no se puede negar es que ésta simple pero profunda historia está cargada de sentimientos y emociones que todos los seres humanos somos capaces de experimentar.

No hay comentarios: