lunes, 5 de mayo de 2008

Citas sobre viajes: reflexiones y algo mas III

“Pero, entendámonos bien: viajar, si, hay que viajar, pero sobre todo no hacer turismo. Esas agencias que cuadriculan la tierra, que la dividen en recorridos, estadías, en clubes cuidadosamente preservados de toda proximidad social abusiva, que ha hecho de la naturaleza del producto, así como otros quisieran hacer un producto de la literatura y del arte, son las primeras responsable de la ficcionalización del mundo, de su desrrealización aparente; en realidad son las responsables de convertir a unos en espectadores y a otros en espectáculos. Quienes se equivocan de papel, como es sabido, se ven prontamente estigmatizados y si es posible se los envía de vuelta en charteres a sus lugares de origen”.
“El mundo existe todavía en su diversidad. Pero esa diversidad poco tiene que ver con el calidoscopio ilusorio del turismo. Tal vez una de nuestras tareas mas urgentes sea volver a aprender a viajar, en todo caso, a las regiones mas cercanas a nosotros, a fin de aprender nuevamente a ver”
Marc Augé, El viaje imposible: el turismo y sus imágenes.


Es verdad, lo he hablado una y mil veces con los tantos viajeros con que me he ido encontrando en el camino: viajar no es hacer turismo.
El turismo solo delimita y restringe el conocimiento de un lugar, se plantea la mayoría de veces como una carrera en la que el turista debe recorrer “x” lugares en “x” período de tiempo, en “sumar puntos”.
Y todo se reduce a una simple lista que contiene el enunciado de la cantidad de lugares que se visitaron, del record.
¿Pero cuanto en realidad le quedó al turista de aquel viaje?
Viajar, amigos, es muy distinto. Viajar es trasladarse (como lo indica el término) de un lugar a otro, trasladarse en cuerpo y alma. Estar en ese lugar con la mente y el espíritu, y con todos nuestros sentidos. Estar dispuesto a conocer el ambiente, el clima, la gente, sus costumbres, aprender de sus lunfardos, de sus necesidades y de sus ocios. Convivir con el lugar, no sólo pasar y observarlo como si fuese una obra de teatro armada para nosotros.
Viajar es detenerse en los lugares, en las grandes pequeñeces, ver la esencia, saber realmente dónde estamos, para que al recordarlo no se nos asocie sólo un nombre con una imagen vacía, sino una aroma, una comida, una palabra, aquel viejo camino empedrado, el silencio de una tarde gris.
Viajar es mucho mas que hacer turismo, viajar es trasladarse con el corazón.

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