lunes, 5 de mayo de 2008

"Entrando en un mundo de película"




Participar del Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) es una experiencia distinta y novedosa, cualquiera que haya asistido al mismo puede dar cuenta del hecho.
Este festival comenzó a llevarse a cabo hace ya diez años, y desde ese entonces las cifras de asistencia total aumentan notablemente: en 2005 reunió a 184.500 personas, en 2006 se llegó a 234.200 asistentes y el año pasado en 2007, concurrieron 260.700 espectadores.
El festival compone diversas expresiones culturales y reúne a directores consagrados así como también a nuevos talentos.Tiene una extensa categoría de películas que incluye premieres mundiales, estrenos argentinos y latinoamericanos. Es el evento más grande y célebre para el cine independiente en América Latina.
En mi caso ésta fue la primera vez que asistí al mismo.
Mentiría si dijese que no me sentí vislumbrada por entrometerme en éste "mundo aparte", que conlleva toda una serie de rituales y fanatismo para los tantos cinéfilos que sorprendentemente encontré en la ciudad de Buenos Aires.

Desde el momento en que fui a buscar las entradas para dos de las películas del festival, me vi abrumada por la cantidad de gente y el gran movimiento que giraba en torno al mismo. Ambas proyecciones las presencié en las salas del Abasto Shopping.
Les cuento que ante mi ignorancia sobre muchos de los directores que se presentaban con sus proyecciones, la elección que hice sobre las películas a presenciar fue netamente al azar, como quién pretende dejarse sorprender por las creaciones de tantos talentosos.
Por contar con poco tiempo sólo pude asistir a dos presentaciones, entonces opté por una producción nacional y una internacional. Les comento que fue una experiencia más sorprendente que la otra.
Mi primer encuentro se produjo con la película "One way street on a turntable" (Calle de sentido único en una bandeja), un documental de la directora Anson Mak que nos permite entrometernos en la ciudad de Hong Kong y aprender un poco sobre las particularidades de la vida en esta urbe. Anson Mak, inspirada en la obra de Benjamin (como lo indica el titulo), nos permite recrear un viaje a través de su ciudad natal.
El documental lleva al espectador hacia un recorrido por Hong Kong, de manera que uno va caminando sus calles y observando sus costumbres , guiadas por un relato que acompaña durante casi todo el film. Uno puede entrometerse en las concurridas tiendas, sobrevolar por las profundas aguas y ser testigo de la agitada vida de los ciudadanos en su cotidianeidad. El camino por el mercado, el puerto, o las montañas son una constante en el film así como también los viajes en subterráneo.
Uno presencia el documental como si fuese un testigo oculto que espía el “día a día” de los tantos ciudadanos, como si husmeara en sus vidas detrás de la ventana de un hotel, arriba de un auto o desde la terraza de un edificio. Constantemente el dialogo esta relacionado con la descripción de las costumbres de los trabajadores y habitantes de la ciudad, alternando solo cuando se detienen a dar concepciones sobre el movimiento y el arraigo, de los cuales intenta plantear distintas nociones.
Apenas iniciada la función me sentí abrumada por la multiplicidad de voces que relataban el film: las frases se empezaban y terminaban con variedad de locutores que, por momentos se encontraban generando un tormentoso relato a dúo, acompañado también por la división de imágenes en la pantalla. Un ritmo muy veloz y cambiante al que me costó acostumbrarme pero al que, una vez familiarizada, logré naturalizar.
El film va transitando a distintas velocidades, por esto, como espectador uno puede pasar de presenciar velocidad de imágenes y alto volumen de sonido hasta la más completa calma, silencio y lentitud de escenas.
Afortunadamente pude sumarme al juego y ritmo del film, y encontrarlo finalmente muy entretenido; hecho que sin embargo no todos los espectadores pudieron hacer ya que hubo desertores en la función que fueron abandonando su lugar lo largo de la proyección.
Salí de verla con una sensación confortable.
Una producción diferente de cine al que generalmente no acostumbro a acudir.
Al día siguiente me esperaría una nueva historia: "Cordero de Dios", una producción nacional que resultaría mucho mas familiar.

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